Lo que el silencio puede transmitir

Elegí ultima Butaca, cuando ingreso en la sala,  ví que estaba rodeada. No conforme con mi ubicación  y haciéndome la desentendida  me fuí para las filitas de los costados, quería ver la película con casi nadie alrededor y cruzando los dedos para que nadie ingresara diciéndome: ey ese es mi lugar! logré el objetivo. Bien acomodada y fuera de peligro me dispuse a ver ésta  Gran candidata a los Oscar 2012 a la que apostaré en mi propia Quiniela antes del domingo 26: Estoy hablando de The Artist. La película transcurre en Hollywood. Es una bella historia de amor en blanco y negro entre el actor exitoso y carismático George Valentin  (estrella del cine mudo) y una desconocida y deshinibida Peppy Miller que logra protagonismo accidentalmente por aparecer en la tapa de una revista junto a él.Un poco egocéntrico George, no entiende la llegada del sonido al cine  y así comienza a malograrse su imágen, pasando no sólo a perder fama sino a desestimar participar de la nueva tendencia. Paralelamente aquella chica a la que él le había enseñado como distinguirse para ser algo más que una actriz, escala posiciones rápidamente y se convierte de extra atrevida a una diva admirada por millones de espectadores.De ahí en adelante y con el condimento de un perro fiel que acompaña a George en su vida, una música memorable, la fotografía, las placas con texto, el Tap, y la emoción de la actuación sin necesidad de palabras, como tan obstinadamente sentía este actor, te vas a encontrar que su convencimiento traspasa la pantalla por casi todos los momentos. Al final, no pude mover de la butaca por un rato, leía los títulos y miraba con una sonrisa la pantalla, exacerbada de emoción me sume a todos los espectadores que  APLAUDIMOS ésta maravillosa película, aplausos que trajeron también aquella bella costumbre de reconocer una buena película -como así se esperaba en aquellas épocas doradas-, como así lo esperaba George Valentin, para Chispa de Amor.